Los colores son un lenguaje. En arquitectura e interiorismo, cada tono expresa una intención, una emoción, una experiencia. Y en 2025, la narrativa cromática evoluciona con propuestas que conectan sostenibilidad, tecnología y bienestar.
1. Terracota digital
Un clásico renovado. Este color terroso, con matices ligeramente anaranjados, se reinventa con una sensibilidad moderna, ideal para espacios que buscan transmitir calidez sin perder sofisticación. Su aplicación en pavimentos y revestimientos cerámicos genera un ambiente acogedor y atemporal.
Muy utilizado en zonas de relax o recibidores, donde se desea evocar la conexión con lo natural sin abandonar lo urbano.
2. Azul nébula
Intenso, profundo y versátil. Este azul con tintes oscuros y atmósfera futurista gana protagonismo en baños, cocinas y espacios de concentración. Perfecto para generar contrastes elegantes cuando se combina con materiales como piedra o metales en acabado mate.
Especialmente eficaz en proyectos donde se busca equilibrio entre vanguardia y calma.
3. Verde musgo urbano
Reflejo del diseño biofílico, este verde grisáceo representa el equilibrio entre ciudad y naturaleza. Su uso está creciendo en zonas de trabajo, vestíbulos o espacios comerciales donde se busca transmitir valores de sostenibilidad y conexión con el entorno.
Los estudios de interiorismo lo utilizan cada vez más como base neutra con alma.
4. Color amarillo mármol
Una alternativa sofisticada a los tonos cálidos tradicionales. Este amarillo pálido, con ecos de piedra natural, aporta luminosidad sin exceso. Excelente para destacar zonas específicas o acompañar mármoles cerámicos, especialmente en baños y cocinas de diseño minimalista.
5. Gris vapor
El nuevo neutro del diseño contemporáneo. Aporta serenidad, amplitud visual y combina con maderas, metales y textiles. Es el color comodín para proyectos que necesitan un fondo elegante y discreto, pero con personalidad.
Integra el color como herramienta estratégica
En 2025, los colores van mucho más allá de la estética. Se convierten en una herramienta funcional, emocional y narrativa dentro del diseño arquitectónico y de interiores. Estas son algunas formas clave de aplicarlos con intención:
- Zonificación visual: Define usos y flujos dentro de un mismo espacio mediante contrastes cromáticos sutiles. Una solución especialmente útil en espacios diáfanos o de planta abierta.
- Coherencia conceptual: Elige paletas que dialoguen con la luz natural, los materiales y la filosofía del proyecto. Un buen uso del color puede reforzar el mensaje arquitectónico y la identidad del cliente.
- Diseño emocional: Los tonos cálidos promueven la interacción; los fríos, la introspección. Usar el color según su impacto sensorial puede mejorar notablemente la experiencia del usuario.
- Tendencias responsables: Los colores inspirados en la naturaleza no solo son tendencia, también reflejan un compromiso con el bienestar y la sostenibilidad.
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